Imagen de una campetición en la Ciudad del Caballo

El Castillo de Pompadour: Un tesoro ecuestre de la Historia de Francia

Pompadour no es solo un lugar para visitar. Es una experiencia para vivir
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En las colinas verdes del Lemosín, un lugar encarna con majestuosidad la fusión entre historia, patrimonio y pasión ecuestre: el Castillo de Pompadour.
Ubicado en el corazón de Corrèze, este dominio real, hoy convertido en uno de los templos más respetados de la cría equina en Francia, es mucho más que un simple monumento histórico: es una memoria viva, un símbolo vibrante del vínculo secular entre Francia y el caballo.

De orígenes aristocráticos al nacimiento de una vocación ecuestre

Cuadro de Jeanne Antoinette Poisson, Marquesa de Pompadour
Cuadro de Jeanne Antoinette Poisson, Marquesa de Pompadour

El castillo, fundado en el siglo XII, lleva el nombre de Jeanne-Antoinette Poisson, más conocida por su título de Marquesa de Pompadour, influyente amante del Rey Luis XV. Fue en 1745 cuando el rey le regaló esta residencia como muestra de su afecto. Ironías de la historia, la marquesa apenas residió allí, prefiriendo los fastos de la corte en Versalles. Sin embargo, su nombre permanece para siempre ligado a estas piedras cargadas de memoria.

Pero el verdadero giro se produce en 1761, poco después del fallecimiento de Madame de Pompadour. El Estado establece allí un Haras Real, otorgándole al lugar un destino completamente nuevo: convertirse en un centro estratégico para el aprovisionamiento de la caballería militar. En aquella época, el caballo limosín reina en el lugar: robusto, resistente y adaptado a las duras realidades del campo de batalla.

Entrada a las antiguas cuadras del Castillo
Entrada a las antiguas cuadras del Castillo

Una memoria viva del caballo de guerra

En la biblioteca del castillo, donde el olor del cuero antiguo se mezcla con el silencio de los libros, Justine Picton, coordinadora del sitio web, nos recibe con una cálida sonrisa. Historiadora autodidacta y apasionada, vela con fervor por la memoria ecuestre de Pompadour. “Este haras fue fundado para servir a Francia”, nos explica. “En aquella época, el limosín era considerado uno de los mejores caballos de guerra. Pero las guerras napoleónicas casi aniquilaron la raza. Más de 12.000 caballos murieron en el frente en menos de tres años. Fue una pérdida irreparable”.

Aunque el caballo de raza limosín desaparece poco a poco de los prados de Corrèze, el sitio no deja de evolucionar. En el siglo XIX, Pompadour se convierte en la cuna de una nueva raza prestigiosa: el Anglo-árabe, fruto del cruce entre el purasangre inglés y el purasangre árabe. Este caballo, elegante, potente y extremadamente versátil, sigue brillando hoy en día en las disciplinas de concurso completo, salto de obstáculos y resistencia.

La raza del caballo Limousin, desapareció despues de las guerras Imperiales de Napoleón
La raza del caballo Limousin, desapareció despues de las guerras Imperiales de Napoleón

Una tradición de excelencia que sigue viva

“Cada año, entre 10 y 15 potros anglo-árabes nacen aquí, en los haras de Pompadour”, continúa Justine Picton. “Es un orgullo, pero también una responsabilidad: la de perpetuar una tradición de excelencia que hace brillar a Pompadour mucho más allá de nuestras fronteras”.

Porque el haras, si bien es un lugar de referencia en la cría, también es un cruce de saberes e innovación. Criadores, veterinarios, etólogos, investigadores y jinetes conviven aquí a diario, en una dinámica donde tradición y modernidad se entrelazan.

La Ciudad del Caballo: una arena de emociones y competición

Al otro lado de la carretera, a pocos pasos del castillo, se abre otro mundo: el de la Ciudad del Caballo. Este complejo acoge cada año numerosas competiciones, desde el nivel amateur hasta el más alto nivel internacional. Ese día, durante nuestra visita, una prueba de salto de obstáculos se desarrollaba a pleno ritmo en el gran picadero.

Es allí donde encontramos a Stéphan Yolaine, responsable de la Ciudad del Caballo. “Pompadour es un lugar mítico”, nos dice sin dudar. “Todo jinete o amazona sueña con montar aquí algún día. Participar en una competición en este lugar es como pisar el suelo sagrado del caballo en Francia”.

Campeonato de Salto, sabado 3 de mayo 2025
Campeonato de Salto, sabado 3 de mayo 2025

Una cita ineludible para los amantes del caballo

A lo largo del año, Pompadour vive al ritmo de los grandes eventos ecuestres: concursos de doma, enganche, pruebas de concurso completo, así como grandes espectáculos ecuestres al aire libre. Estos eventos atraen a más de 50.000 visitantes al año, procedentes de toda Francia y de Europa, curiosos por descubrir este lugar único donde el caballo es rey.

El castillo y sus instalaciones se transforman entonces en un escenario vivo, donde tradición rural, excelencia deportiva y cultura popular se entrelazan en un ambiente festivo, auténtico y profundamente respetuoso con el caballo.

Pompadour, capital viva del caballo en Europa

Espectáculos ecuestres del castillo, foto-Cris-Bestiane
Espectáculos ecuestres del castillo, foto-Cris-Bestiane

Hoy, Pompadour sigue inspirando. El sitio continúa siendo un laboratorio vivo para el sector ecuestre, un observatorio de tendencias y un lugar de transmisión. Aquí, el amor por el caballo se expresa en todas sus formas: arte, ciencia, deporte, cría.

El castillo, los haras, las caballerizas, las pistas, pero también los hombres y mujeres que trabajan allí, encarnan una misma voluntad: preservar un patrimonio vivo al tiempo que se prepara el futuro.

Pompadour no es solo un lugar para visitar. Es una experiencia para vivir, una parada obligada para todos los que aman al caballo, bajo todas sus formas. Un santuario del caballo donde pasado y presente galopan juntos, impulsados por la pasión de hombres y mujeres que, como Justine Picton o Yolaine Stéphan, trabajan cada día para preservar y dar brillo a este patrimonio único.