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Rewilding Spain: Caballos semisalvajes en el Sistema Ibérico Sur

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En los amplios paisajes del Sistema Ibérico Sur, un grupo de caballos semisalvajes galopa en libertad, devolviendo al territorio una estampa ancestral. No son simples herbívoros en el monte: son protagonistas de un ambicioso proyecto de restauración ecológica que busca devolver el equilibrio natural a través del pastoreo.

Detrás de esta iniciativa está la Fundación Española de Renaturalización–Rewilding Spain, una organización sin ánimo de lucro creada en 2020 con el propósito de promover la recuperación de la naturaleza y el desarrollo socioeconómico en las zonas rurales de España. En colaboración con Rewilding Europe, lidera sobre el terreno la iniciativa de renaturalización del Sistema Ibérico Sur, un plan a largo plazo que abarca unas 850.000 hectáreas entre Castilla-La Mancha (Guadalajara y Cuenca) y Aragón (Teruel). El proyecto cuenta con el apoyo del Endangered Landscapes & Seascapes Programme y la Fundación Cartier for Nature.

En este contexto, los caballos semisalvajes desempeñan un papel esencial. Son animales aclimatados, resistentes y capaces de vivir todo el año en libertad, soportando inviernos fríos y veranos calurosos. Su presencia contribuye a mantener abiertos los paisajes, reducir el riesgo de incendios y favorecer la biodiversidad.

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Marina Mònico – responsable de Renaturalización de Rewilding Spain. Foto: Lidia Valverde

Para conocer cómo se desarrolla esta convivencia entre la libertad y la gestión responsable, conversamos con Marina Mònico, responsable de Renaturalización de Rewilding Spain en el Sistema Ibérico Sur, quien nos explica los objetivos del proyecto y las características de las tres razas de caballos que hoy ayudan a regenerar los ecosistemas ibéricos.

¿Cuál fue la motivación original para poner en marcha el proyecto de caballos en libertad de Rewilding Spain, y cómo nació la idea de reintroducir caballos salvajes o semisalvajes en determinados territorios?

Nuestro foco de actuación en la actualidad es el Sistema Ibérico Sur, que ocupa parte de las provincias de Guadalajara, Cuenca y Teruel. La motivación principal de trabajar con caballos es que el pastoreo natural mediante la reintroducción de herbívoros salvajes es una parte integral de la restauración ecológica. Los caballos forman parte del gremio de grandes herbívoros y, como tales, ejercen en los ecosistemas una función muy necesaria y complementaria a los herbívoros silvestres existentes actualmente en nuestros montes, como pueden ser los ciervos, gamos o corzos. Hay que tener en cuenta que, en tiempos preagrícolas, los ecosistemas semiabiertos no se sustentaban con el ganado de manejo humano, sino con grandes manadas de animales salvajes de grandes herbívoros, como caballos salvajes, burros, bisontes o el extinto uro, la vaca salvaje.

La idea de reintroducir caballos semisalvajes es que estos pueden estar todo el año pastando en el monte y requieren de un manejo mínimo. Son animales aclimatados y muy resistentes, pueden vivir con inviernos muy fríos y veranos calurosos.

Actualmente, desde Rewilding Spain gestionamos alrededor de 20.000 hectáreas de pastos en montes de utilidad pública en las provincias de Guadalajara y Teruel. Son zonas en las que desde hace tiempo ya no existe la ganadería extensiva con ganado mayor y nadie está aprovechando la utilidad de los pastos en muchos municipios. Nosotros traemos estos animales para que puedan pasar todo el año en el monte, viviendo en semilibertad, con un manejo humano muy limitado, y así puedan ejercer el efecto deseado en los ecosistemas.

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El caballo de Przewalski, el último caballo verdaderamente salvaje, nunca fue domesticado y conserva su genética ancestral. Foto: Juan Carlos Muñoz
¿Qué funciones ecológicas específicas se esperan recuperar con los caballos en libertad (El tema del pastoreo natural, prevención de incendios, mejora del suelo, mantenimiento de ecosistemas abiertos, etc.), y con qué indicadores miden si esos objetivos se están alcanzando?

Los grandes herbívoros, como los caballos, tienen un gran impacto cuando pastorean porque cambian la estructura y composición de la vegetación. Estos ayudan a la germinación de hierbas, pero también de árboles; abren zonas cerradas de matorral y bosque, y mantienen los pastos. Transforman una estructura homogeneizada a una estructura de vegetación más heterogénea, y por lo tanto favorecen el aumento de la diversidad de hábitats y de la biodiversidad en general. Esto ayuda a tener ecosistemas en equilibrio, los hace más resilientes frente al cambio climático y frente a los incendios, ya que disminuye la biomasa forestal y esto favorece a que los incendios sean menos intensos.

Además, estos animales, no son tratados con ningún medicamento de manera sistemática, como por ejemplo la ivermectina (un antibiótico), lo que permite que sus heces sean heces vivas, que sirvan de abono para el suelo y que las puedan colonizar distintos tipos de invertebrados, como los escarabajos peloteros que, gracias a las galerías que hacen en el suelo, favorecen el ciclo de nutrientes.

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Caballos Potokka, símbolo de libertad y tradición vasca, conserva el espíritu indómito de los antiguos caballos de montaña. Foto: Lidia Valverde
¿Qué criterios se utilizaron para elegir las razas de caballo que forman parte del proyecto (adaptabilidad al clima, dieta, comportamiento, genética, estado de conservación, rusticidad, etc.)?

Lo más importante para nosotros es que sean animales rústicos, que puedan estar todo el año en el exterior, y vivir en condiciones de semilibertad, como si fuesen animales salvajes, y así ejercer su papel en el ecosistema.

A la hora de seleccionarlos, desde la perspectiva de la renaturalización, el foco se encuentra en la función ecológica de los animales y trabajamos con las especies y razas que desempeñan esa función de la manera más independiente posible. En la actualidad, trabajamos con tres tipos de caballos: los caballos de Przewalski, que es una subespecie equina amenazada de la que quedan muy pocos ejemplares en el mundo; y caballos pottoka y serranos, que son razas domésticas procedentes de distintos puntos de España. Todos son animales muy rústicos y capaces de vivir de manera totalmente autónoma en el medio natural.

En el caso de las razas de serrano y pottoka, estos provienen de poblaciones de caballos ferales, es decir, que ya están viviendo en condiciones de semilibertad. Son animales que décadas atrás, con el declive del sector primario, fueron abandonados en el monte porque ya no eran necesarios para los trabajos de las tierras de labor y suponían un coste económico para sus dueños.

Por otro lado, en el caso de los caballos Przewalskii, provienen de poblaciones que viven en libertad en reservas de Francia y Hungría. En este caso, además de aprovechar su función ecológica, participamos en el proyecto de conservación que existe a nivel mundial de recuperación de esta especie, el único caballo salvaje que queda en el mundo.

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Caballos de Przewalski, es una subespecie equina amenazada de la que quedan muy pocos ejemplares en el mundo. Foto Lidia Valverde
¿Cómo se gestionan las fases de aclimatación, adaptación al terreno y al clima, salud veterinaria, alimentación, reproducción, etc., de los caballos liberados? ¿Qué retos han encontrado? Si nos puedes hablar de la rusticidad de cada una de esas razas, para poder adaptarse a los climas. 

Evaluamos el comportamiento de los animales antes de que vengan y estudiamos tanto sus características como las del territorio en el que van a estar, de manera que sabemos que el hábitat puede ser viable para ellos porque reúne las condiciones geográficas, de disponibilidad de alimento y de clima adecuadas.

Cuando llegan, se descargan en un corral de aclimatación donde pasan entre una y dos semanas. Luego, hacemos una suelta blanda, que consiste en liberarlos en una zona más amplia alrededor del corral y con cercado eléctrico, donde pasan otra semana. Finalmente, se suelta a la zona amplia en la que van a vivir, en la que hay un cercado de seguridad.

Por otro lado, todas las manadas están monitorizadas de manera permanente mediante dispositivos GPS que solemos colocar en hembras y machos dominantes. Así conocemos sus movimientos, podemos localizarlos en todo momento, vigilamos su estado de salud y entendemos cómo usan el espacio.

Lo que estamos viendo es que los animales están en su óptimo de salud a partir del segundo año de estar en su nueva área. Creemos que es el tiempo que necesitan para adaptarse a su nuevo entorno y la nueva comida (especies de vegetación diferentes). En referencia al reproducción, por nuestra parte no hay ninguna intervención, se aparean de manera natural, y dan parto también naturalmente.  

Los caballos Przewalskii, que soltamos, provienen de poblaciones que viven en libertad en reservas de Francia y Hungría. Foto: Neil Aldridge

Una vez los animales están sueltos, hay una persona que se dedica a revisar de manera permanente los diferentes grupos y comprobar que todos están bien y no hay ningún problema. Cuando alguna vez se ha visto que hay algún animal con problemas, se le intenta intervenir en el terreno y, si es necesario, se le lleva al corral para ser tratado.

El principal reto es, precisamente, llevar a cabo ese manejo cuando es necesario, ya que son animales que viven en condiciones de semilibertad y nunca han estado en contacto con los humanos de manera directa.

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Los caballos son una parte visible y poderosa de esa historia. Foto: Daniel Allen

Un futuro en libertad compartida

La presencia de estos caballos semisalvajes en los montes del Sistema Ibérico Sur no solo está transformando los paisajes, sino también la relación entre las personas y su entorno. A medida que las manadas se adaptan y los ecosistemas se regeneran, el territorio recupera su dinamismo natural, y las comunidades rurales descubren nuevas oportunidades ligadas a la naturaleza y al turismo responsable.

Como subraya Marina Mònico, el objetivo último de Rewilding Spain no es solo devolver animales al monte, sino devolver vida: “Cuando permitimos que la naturaleza se exprese por sí misma, los procesos ecológicos vuelven a funcionar y el paisaje se vuelve más resiliente y diverso. Los caballos son una parte visible y poderosa de esa historia”.

En estos amplios espacios donde el silencio se mezcla con el rumor del viento y el galope lejano, el rewilding demuestra que es posible mirar hacia el futuro sin olvidar el pasado. Un futuro donde la libertad, humana y salvaje, conviven en equilibrio.