LEA VICENS

En el corazón del rejoneo: una jornada con Lea Vicens y sus caballos

Los caballos, al igual que las personas, tienen su propio compás. Lo percibí con claridad en mi visita a la finca de Lea Vicens.
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Confieso que hay momentos en los que el periodismo ecuestre me regala experiencias difíciles de describir con palabras. Una de ellas fue mi visita a la finca de Lea Vicens, rejoneadora francesa reconocida en todo el mundo, cuya vida transcurre al compás del galope de sus caballos.

Los caballos, al igual que las personas, tienen su propio compás. Lo percibí con claridad durante mi visita a la finca de Lea Vicens, una de las figuras más reconocidas del rejoneo a nivel internacional.

Como director del Canal del Caballo, me ha tocado recorrer muchos rincones del mundo ligados al mundo ecuestre; sin embargo, esta experiencia tuvo un matiz especial, una conexión inesperada que, más que contarse, se siente.

Porque los seres humanos somos sociales, sí, pero no siempre congeniamos entre nosotros. En cambio, en el universo del caballo ocurre algo distinto: cuando las pasiones se encuentran, la alegria surge con naturalidad, sin necesidad de palabras. Y eso fue lo que descubrí en esta jornada con Lea, alguien que ha hecho de esa conexión innata con sus caballos una forma de vida. Y donde todos los presentes disfrutamos como niños.

lea vicens
Conocimos a los caballos con los que escribe su historia

Nacida en Nimes, Francia, Lea conoció pronto el mundo ecuestre. A los cuatro años recibió de sus padres su primer pony, Ourasi, y con él comenzó una relación que marcaría el rumbo de su destino. Más adelante, mientras estudiaba Biología en la Universidad de Montpellier, se adentró en el ámbito del rejoneo y de las labores camperas, hasta lograr una medalla de oro en el Campeonato de Francia de Equitación de Trabajo. El camino la llevó a Andalucía, donde de la mano del Maestro Ángel Peralta encontró su sitio en el Rancho El Rocío, en La Puebla del Río.

Desde que debutó oficialmente en 2011, su carrera ha sido un ascenso constante. Hoy, Lea Vicens se ha convertido en un nombre imprescindible en las principales ferias taurinas del circuito. Su carisma, su entrega y su forma de entender la relación con sus caballos le han granjeado un respeto que traspasa fronteras. Pero lejos de la solemnidad de las plazas, lo que transmite en su finca es la sencillez de una mujer que disfruta compartiendo su pasión.

Durante la visita recorrimos sus cuadras, conocimos a los caballos con los que escribe su historia y fuimos testigos de una demostración de doma a pie y de entrenamiento de rejoneo.

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Su entrenamiento de rejoneo, más que una preparación, parece un baile donde cada gesto está escrito en el aire

En la finca, lo que más sorprende no es su trayectoria —aunque hable por sí sola, con premios, medallas y tardes memorables en plazas de renombre—, sino la manera en que se relaciona con sus caballos. No hay imposición, ni dureza: hay diálogo, paciencia, ternura. Su doma a pie no es una lección técnica, sino un poema sin palabras. Y su entrenamiento de rejoneo, más que una preparación, parece un baile donde cada gesto está escrito en el aire.

La jornada nos regaló además un momento inolvidable: la presencia de una niña que, gracias a sus abuelos, cumplía el sueño de visitar a Lea. Su rostro iluminado al acariciar un caballo, su emoción contenida al ser invitada a participar en un ejercicio de doma, nos recordó a todos que el mundo del caballo también es un espacio de ilusiones y de sueños compartidos.

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La presencia de una niña que, gracias a sus abuelos, cumplía el sueño de conocer a Lea

Salimos de la finca con una certeza que me acompañará mucho tiempo: el vínculo entre humanos y caballos es un lenguaje universal, hecho de respeto y sensibilidad. En la finca de Lea Vicens, ese lenguaje se convierte en música, en compás. Y es allí donde uno entiende que, más allá del rejoneo y de la técnica, la verdadera grandeza está en la conexión profunda que se establece con el animal. Los caballos nos ofrecen un lenguaje distinto, un idioma que no necesita palabras para ser entendido. Lea Vicens ha aprendido a escucharlo y a hablarlo con maestría. Su vida, más allá de los ruedos, es testimonio de esa complicidad secreta que puede unir a dos seres distintos en un mismo latido.

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La delegación Chilena sello un vinculo de amistad con la rejoneadora

Quiero invitar a quienes compartan esta pasión a vivir la experiencia en primera persona. En la finca de Lea, cada visita es una oportunidad para acercarse al corazón del rejoneo y comprender el legado de una mujer que ha hecho del caballo su compañero inseparable. Más información en: https://encasadelea.com/visitas/